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El viernes por la tarde (post cierre de mercado) se anunciaron una serie de medidas de política económica al tiempo que se conocían los detalles del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El objetivo de esta nota no es describir al detalle las medidas y el acuerdo anunciados, sino ofrecer nuestra visión acerca del impacto de las mismas en los mercados y la dinámica futura de la economía argentina.
En este sentido, podemos decir que el programa económico retoma la consistencia de largo plazo. El nuevo programa permite la determinación del tipo de cambio en el mercado libre, eliminando la dependencia de un stock de reservas para ajustar los desequilibrios en el mercado de cambios. Este mecanismo cuenta con el respaldo del acuerdo con el FMI y del compromiso anunciado por otros organismos internacionales que le otorgan una mayor dosis de credibilidad al nuevo esquema.
Los anuncios podrían resumirse en términos generales en dos grandes novedades en torno al régimen monetario/cambiario. En primer lugar, el abandono del esquema de crawling peg y la adopción de un esquema de tipo de cambio flotante entre bandas. En segundo lugar, la eliminación de buena parte de las regulaciones al movimiento de capitales que constituían el denominado cepo cambiario. Al mismo tiempo, es importante señalar que se renovó el compromiso con el superávit fiscal que constituye el ancla fundamental del modelo económico. Claramente, por tratarse de cambios en la política monetaria/cambiaria estos anuncios tendrán un impacto inmediato en los mercados financieros y otro de mediano plazo en la economía real.
Con el cambio de régimen y la aparición de un Mercado Libre de Cambios (MLC) la brecha entre el dólar en el MLC y los dólares financieros tenderá a desaparecer a través de la convergencia inicial del viejo tipo de cambio oficial (TCO) a los viejos dólares financieros. El overshooting inicial del TCO se acercará más o menos al dólar financiero o al techo de la banda dependiendo de lo que suceda con la tasa de interés en pesos. De acuerdo a los comentarios hechos por las autoridades el día sábado, no habría aumentos significativos de la tasa de política monetaria o la tasa de pases, no obstante, es esperable que la tasa de interés en pesos suba con motivo de la nueva regla monetaria y, en consecuencia, el tipo de cambio no llegue a tocar la banda superior de $1.400 que dispararía la venta de reservas por parte del Banco Central (BCRA).
¿Por qué esperamos que las tasas en pesos suban? El nuevo esquema monetario consiste en targetear agregados monetarios, en este caso M2 privado. El objetivo definido para el corto plazo es que la oferta de M2 privado crezca menos que la demanda estimada de acuerdo a los modelos del BCRA. Esto implica una política monetaria muy contractiva, que necesitará de tasas altas para equilibrar el mercado monetario. ¿Cuál es el objetivo de la política monetaria contractiva? Primero, contener el eventual overshooting en el tipo de cambio y, segundo, retomar la dinámica descendente de la tasa de inflación.
Creemos que estas correcciones al programa económico le otorgan consistencia y mayor credibilidad, lo que reducirá la prima de riesgo país. La baja del riesgo, junto a la quita de restricciones a los flujos futuros de capitales (asumiendo que no se agravan las condiciones del mercado internacional) seguramente fomentarán el ingreso de nuevos capitales a la economía local. Esta reducción de la tasa hará a los activos locales más valiosos y el flujo de inversiones hacia Argentina terminará nuevamente apreciando el tipo de cambio en el mediano plazo.
Mientras tanto, la depreciación real del tipo de cambio, traerá alivio temporario en la cuenta corriente del balance de pagos, incentivando no sólo la liquidación de productores que venían especulando con el cambio de régimen, sino también el aumento de las exportaciones y la reducción de importaciones, sobre todo en los rubros de servicios y turismo.
El día lunes el mercado testeará las nuevas medidas y podremos saber que tan rápida o no será la generación de credibilidad y el consecuente impacto, no sólo en el precio actual, sino también en la dinámica futura de precios de los activos argentinos. Nuestra expectativa es que con estas medidas el valor de los activos financieros argentinos medidos en dólares debería retomar una senda alcista para el mediano plazo.
Eduardo Ganapolsky