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Fernández sostiene la idea de pagar cuando el país crezca

Durante su asunción, el presidente Alberto Fernández, entre otros temas, se refirió a la deuda. Al respecto, afirmó que el nivel de deuda actual es “insostenible”, aunque aseguró que el país “tiene la voluntad de pagar, pero carece de capacidad para hacerlo”. Para eso, pidió que todas las partes trabajen “responsablemente”.

“Vamos a encarar el problema de la deuda externa. No hay pagos de deudas que se puedan sostener si el país no crece. Tan simple como esto: para poder pagar, hay que crecer”, puntualizó Fernández, con lo cual reitera lo que había afirmado hace unas semanas, cuando dijo que Argentina deberá volver a pagar una vez que su economía haya crecido.

“Necesitamos aliviar la carga de la deuda para poder cambiar la realidad. Debemos volver a desarrollar una economía productiva que nos permita exportar y así generar capacidad de pago”, dijo el nuevo Presidente durante su discurso de ayer.

Aún se desconoce concretamente cómo el nuevo Gobierno piensa resolver el tema de la deuda. Lo que ha trascendido hasta el momento es que la demora de los pagos que buscará Fernández será por dos años. De esta manera, según prevé, le quedará más fácil que el país retome una senda de crecimiento y luego, en caso de llegar a ese crecimiento esperado, cuando tenga los fondos, pagarle a los acreedores.

“Los tenedores de bonos van a querer ver un plan fiscal que pueda liberar fondos para que el Estado pague sus deudas una vez se cumplan los plazos establecidos. Para eso será necesario mostrar un plan creíble”, explicó ante El Economista Diego Saravia Tamayo, director de Proficio Investment y ex gerente de investigaciones económicas del Banco Central de Chile.

Según Saravia, no es muy probable que los acreedores acepten hasta tanto no esté ese plan fiscal que muestre un superávit primario para que haya capacidad de pago. De acuerdo con sus estimaciones, para mantener el nivel de deuda/ PIB al nivel actual será necesario una tasa cercana al 5% en términos reales y lograr un superávit primario de 2% del PIB (Producto Interno Bruto), con un crecimiento de la economía desde el próximo año.

“Los números fríos me dicen que no es suficiente con una prórroga de los pagos por dos años. En ese caso, sería necesario una quita para que se mantengan los niveles”, señaló el especialista, al tiempo que remarcó que “cada negociación es un mundo aparte” y que “si se encara con una buena estrategia, tomando como ventaja la estructura de la deuda, la negociación podría tener éxito”.

Martín Vauthier, director de la consultora EcoGo, coincide en que la presentación de un programa económico creíble será fundamental. “No va a ser lo mismo el camino que se elija. Por un lado, puede ser una reestructuración agresiva, no amigable, que apunte a reducir los pagos en el corto plazo, a bajar el ratio deuda/PIB pero en forma agresiva. Eso, claramente, no permitiría un retorno a los mercados, generaría que el riesgo país se mantenga alto y que la demanda de dinero se mantenga en niveles bajos, y eso también dificultaría la posibilidad de crecer, lo cual también sería condición necesaria para que la deuda sea sostenible”, explicó Vauthier ante este medio.

Según Vauthier, el crecimiento se daría vía inversiones y exportaciones. “Tienes otro camino, con un programa económico integral, que sea creíble en lo fiscal y monetario. Un programa cambiario que dé certidumbres, que permita ir alineando expectativas de precios y salarios hacia el futuro. Esto puede generar una baja en el riesgo país y una mejora en la demanda de dinero. En estas condiciones, avanzar en una negociación amigable con los acreedores que permita despejar los pagos en el corto plazo, en estos primeros dos años”, describió el especialista.

FMI

Respecto al acuerdo crediticio que Argentina tiene con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Fernández aseguró que buscará “una relación constructiva y cooperativa” con ese organismo, además del resto de los acreedores. “Resolver el problema de una deuda insostenible que hoy tiene Argentina no es una cuestión de ganarle una disputa a nadie”, apuntó.

“El Gobierno saliente tomó una inmensa deuda sin generar más producción, con la cual obtener los dólares imprescindibles para pagarla. Los acreedores tomaron un riesgo al invertir en un modelo que ha fracasado en todo el mundo una y otra vez. Nosotros queremos resolver el problema y para eso necesitamos que todas las partes trabajemos responsablemente”, afirmó el Jefe de Estado.

Fernández aseveró que su gobierno no va a repetir “la triste historia de misiones de técnicos imprudentes que prometen planes que no pueden cumplir y toman decisiones que luego terminan comprometiendo el destino de millones de argentinas y argentinos”. Por lo tanto, pidió que haya “seriedad” en el análisis y “responsabilidad” en los compromisos que se asumen “para que los más débiles dejen de padecer”. “Bajo esas premisas asumiremos toda negociación de nuestra deuda”, aseguró.

Leer nota en El Economista.