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Ganapolsky, de Proficio: “Mantenemos sólo lo estrictamente necesario en pesos”

Las opciones para los analistas de inversión parecen mirar afuera del país, por la gran inestabilidad e incertidumbre local. Al respecto, Eduardo Ganapolsky, PhD en Economía y presidente de Proficio Investment, conversó con BANK MAGAZINE sobre las alternativas para ganar plata en este momento y los distintos escenarios que se plantean los inversores.

Por Mariano Jaimovich

-¿Qué recomendaciones le daría a individuos que desean invertir?
-A inicios de año, estábamos recomendando a nuestros clientes una fuerte posición en dólares y en el exterior. Bueno, ahora la recomendación es más fuerte aún. Con el panorama local muy complicado, el mundo se ve como refugio, a pesar de las incertidumbres geopolíticas que dominan el día a día, y ofrece también algunas oportunidades derivadas de un escenario de bajas tasas que se prolonga más de lo previsto. Nuestro portafolio tiene acciones americanas y ETFs de emergentes, en renta fija tenemos posiciones en high yields y algunos corporativos con grado de inversión. Y, en estos momentos, tenemos algo de posición en commodities, como por ejemplo futuros de maíz en Estados Unidos, apostando a una peor cosecha que la prevista en los últimos informes. Para los menos expuestos al riesgo tenemos una porción pequeña de acciones locales y bonos en dólares con alta duration y baja paridad, con el objetivo de ir armando una posición de largo plazo. Si bien los precios actuales son muy bajos, existen riesgos que declinen aún más, por eso mantenemos acotadas estas posiciones.

-¿Y para los institucionales?

-En este caso nuestra cartera está más dolarizada que la que recomendábamos hace 6 meses, por lo que mantenemos sólo lo estrictamente necesario en pesos. Los institucionales necesitan mantener una mayor proporción de las inversiones en el mercado local, y tienen el problema que hay pocos instrumentos disponibles ya que la mayoría están viciados con algún riesgo de reestructuración. Para la porción dolarizada, mantenemos más “argendólares” y algún bono corporativo de empresas de primera línea. Para los pesos recomendamos cauciones en pesos, bonos corporativos en pesos y, entre los subsoberanos, bonos de Ciudad de Buenos Aires y letras muy cortas de provincia de Buenos Aires.

-¿Cómo piensa que evolucionarán las tasas de interés y el dólar?

-El dólar va a ir subiendo, como mínimo con la inflación, con el riesgo de un salto si se recurre nuevamente al financiamiento monetario del déficit fiscal. En cuanto a las tasas, pienso que en términos reales bajarán en el corto plazo, mientras que en términos nominales, más allá de lo que suceda en el corto plazo, se acelerarán con la inflación.

-¿Cómo analiza el contexto actual para hacer inversiones?

-El contexto actual y sobre todo las perspectivas, que es lo que importa a los inversores de todo tipo, son muy malas. A los clásicos problemas de fondo de Argentina en materia institucional, como la falta de estabilidad en las reglas, la cuestión impositiva y laboral, y el déficit fiscal crónico, se le agregan el descalabro macroeconómico actual reflejado en una alta tasa de inflación, tipo de cambio desdoblado, recesión, ausencia de crédito, riesgo país por las nubes y demás.

Es que hoy la incertidumbre en cuanto a cómo Argentina va a reordenar la macroeconomía es tan grande, que sólo la inversión financiera muy especulativa toma posiciones en activos locales. Hasta no conocer los lineamientos de política económica del próximo gobierno los inversores no van a poner a Argentina en su radar. No obstante, después de conocidos tales lineamientos y asumiendo una renegociación amigable y voluntaria con los acreedores, la inversión real sólo vendrá cuando se empiecen a solucionar los problemas estructurales.

-¿Qué le comentan los inversores internacionales?

-Hay mucha gente decepcionada con Argentina, y los que pueden siguen reduciendo exposición. Esto se aplica no sólo a los inversores financieros, sino también a los de la economía real, que han comenzado a retirar financiamiento de muchos proyectos en marcha, además de frenar cualquier nuevo emprendimiento. Los del sector financiero están muy atentos a la solución del problema de deuda y creen en su mayoría que puede llegarse a una reestructuración amigable, con estiramiento de plazos pero sin quitas de capital. Piensan también que, en caso de producirse nuevas quitas de capital, el costo para el país sería monumental, porque dejaría fuera del mercado de crédito por un largo período, no sólo al sector público, sino también al privado.-

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